Los números de la salud

Por Javier Rodríguez Petersen

Los balances de la medicina argentina.

El conjunto del sistema mueve más de $64.000 millones. Obras sociales, prepagas y el Estado se reparten esos fondos en un esquema complejo y desigual. Un informe de la consultora Key Market analiza este sector que representa casi 7% del PBI. El gasto o costo total tuvo un crecimiento de 19% en 2007 y habrá completado un incremento de alrededor de 25% este año.

El sistema de salud tiene algo más de 40 millones de beneficiarios, el total de la población del país. Sin embargo, algo más de 16 millones de personas están excluidas de la cobertura que ofrecen las obras sociales y la medicina privada (como la llaman las empresas del sector, que insistentemente rechazan ser catalogadas como “prepagas”).
El análisis de los números evidencia diferencias: de los aproximadamente $64.433 millones que moverá este año el sistema, alrededor de 28% serán de gasto del Estado por afuera del PAMI y las obras sociales. Y esa proporción cubre no sólo la atención de los excluidos (40% de la población) sino también la de quienes, teniendo cobertura, se atienden en instituciones públicas sin mediación de las obras sociales o las prepagas a las que están afiliados.

Estructura con varios actores

Al sector de la salud se lo puede clasificar en tres subsectores: el público, el privado y la seguridad social.
El subsector público se financia básicamente con fondos del Estado y es coordinado por el Ministerio de Salud de la Nación, aunque la responsabilidad de la provisión del servicio a través de hospitales públicos y centros municipales queda a cargo de los ministerios provinciales. Es el único subsector cuyas instituciones están abiertas a toda la población, tenga o no otro tipo de cobertura.
La seguridad social está integrada por las obras sociales que cubren a los trabajadores y sus familiares directos a cargo. Obtienen sus ingresos por los aportes obligatorios de los trabajadores (3% a la obra social elegida y otro 3% a la obra social de jubilados y pensionados) y las contribuciones de los empleadores (6% a la obra social del empleado y otro 0,5% al PAMI).
En medio de ambos está el Instituto Nacional de Seguridad Social y Jubilaciones y Pensiones (INSSJyP o PAMI), que aunque forma parte de la seguridad social es considerado como gasto público porque presta servicios a escala nacional y se financia con transferencias del presupuesto nacional y recursos del subsistema de Seguridad Social que coordina el Estado.
Por último, está el heterogéneo grupo de administradores privados de salud, que incluye las prepagas y mutuales, los distintos centros de atención privados (hospitales, clínicas, sanatorios, centros de diagnóstico y tratamiento, servicios de primeros auxilios, médicos particulares y otros especialistas de la salud), el gasto de los ciudadanos en bienes o servicios directos de salud y el realizado por otros sectores (como los centros de atención que financian las grandes empresas en sus plantas).
Desde la década pasada, hay convenios entre obras sociales y prepagas a las que derivan parte de los aportes de sus afiliados para que estos accedan a las prestaciones de las empresas privadas.

Gasto en crecimiento

El gasto/costo del conjunto del sistema tuvo un crecimiento de 19% en 2007 y, según estima el informe de Key Market, habrá completado un incremento de alrededor de 25% este año. Las estimaciones para 2008 –antes de la ley para regular la medicina privada que el Congreso discutía al cierre de esta edición y que era fuertemente cuestionada desde el sector privado– prevén un gasto total de $64.663 millones frente a los $51.730 millones del año pasado. Es algo menos de 7% del Producto Bruto Interno (PBI).
Unos $20.260 millones (31,3% del total) habrán estado dirigidos a las obras sociales, excluyendo el PAMI. El monto representa un incremento de 25% frente a los $16.208 millones que ese segmento recibió el año pasado.
El segundo subsector de mayor inversión es el público, exclusivamente a cargo del Estado. La consultora estima que este año terminará recibiendo $18.088 millones (28% del total), con un salto de 23% con respecto a los $14.706 millones de 2007.
Le sigue el rubro «otros» del ámbito privado, que incluye el gasto directo de los hogares (excluyendo las prepagas), las contrataciones de las empresas para la atención de sus empleados y las instituciones sin fines de lucro que dan servicios de salud a hogares en forma indirecta sin que sea ésa su actividad principal. Este grupo representará este año un giro de $13.201 millones (20,4% del total), con un aumento de 29% frente a los $10.216 millones del año pasado.
Para las empresas de medicina privada, el informe calculaba, antes de la nueva ley, un giro de $7.649 millones (11,8% del total). La cifra representa un aumento interanual de 25%.
Por último, la caja del PAMI sería este año de $5.465 millones, 8,45% del sistema y 22% más que los 4.480 millones del año pasado.

Beneficiarios

Pese a ser los sectores que en términos absolutos representan las porciones menores, tanto las prepagas como el PAMI tienen el mayor costo por beneficiario.
Según el cálculo estimativo de Key Market para este año, de los 40.349.722 habitantes del país, 16.184.220 personas (40%) no tienen cobertura, 19.161.175 (47,5%) están integradas a las obras sociales sindicales y provinciales, 3.233.605 (8%) pertenecen al PAMI y 3.370.722 (8,5%) están afiliadas a empresas de medicina privada, básicamente de sectores socioeconómicos medios y altos. El total suma más de 100% debido a que 1.600.000 personas (4%) tienen doble cobertura.
El simple cruce de los gastos y beneficiarios de cada subsector muestra que el mayor costo individual lo tiene la medicina privada (prepagas y mutuales), con $2.269 anuales por afiliado. Lo siguen el PAMI (con $1.690), el resto del sistema de obras sociales ($1.153, excluyendo a los que tienen doble cobertura) y el sistema público ($1.117, pero también incluye la atención de los que van a centros públicos pese a tener algún tipo de cobertura).
Aunque las previsiones para este año en cuanto a cómo están repartidos los beneficiarios son similares a las de los tres últimos años, esas proporciones habían cambiado tras la crisis de 2001. Desde ese año y hasta 2003, hubo una marcada movilidad descendente que desfinanció al sector privado y la seguridad social y provocó un desborde en los hospitales públicos. El pico en cantidad de personas sin cobertura se registró en 2002, luego siguieron tres años de recuperación y las cifras se estabilizaron desde 2006. El sector de planes privados nunca volvió a los niveles previos a la crisis.

Protagonistas

Las diferencias también se dan en la facturación dentro del sistema de medicina privada y las obras sociales del personal de dirección. OSDE lidera ambos segmentos; el primero, con una facturación superior a la media, y el segundo, con un ingreso individual menor al promedio.
Entre las prepagas, OSDE tiene 39% de la facturación y 29% de las cápitas. Detrás vienen Swiss Medical (18% y 15%, respectivamente), Galeno (12% y 14%), Medicus (6% y 5%), Omint (4% y 3%), Consolidar (4% y 5%), Medife (3% y 4%) y Staff Médico (1% en ambos casos). El conjunto de hospitales de la comunidad reúne 6% de la facturación y el mismo porcentaje de afiliados. Mientras que el resto del subsector junta apenas 7% de los ingresos pero tiene 18% de los beneficiarios.
Como obra social de dirección, OSDE tiene 47% de la facturación y 57% de las cápitas. En segundo lugar está ASE (con 25% y 17%, respectivamente) y en tercero, Osdepym (8% y 9%).
Entre las numerosas obras sociales hay una concentración que se ve en que la mayor, OSECAC (del Sindicato de Comercio) tiene 12% de los afiliados y en que las 10 primeras reúnen a la mitad de los beneficiarios.