Hacer un asado hoy sale 15 veces más caro que diez años atrás

REVISTA APERTURA

El aumento en su precio hizo que varios argentinos se volcaran, por una cuestión económica, a otros cortes de pollo y cerdo.

Más allá de tendencias más o menos populares en pos de la eliminación de la carne vacuna como alimento principal en la dieta argentina, las carnicerías han visto reducir sus ventas de cortes vacunos por una razón que afecta principalmente al bolsillo. Así lo demuestra un informe realizado por las consultoras Ecolatina y Key Market según el cual entre 2007 y 2017 el asado aumentó 14,5 veces su precio, mientras que el salario lo hizo en 12,8; relación frente a la que la suba en el precio de la carne de pollo y cerdo se posicionó mejor.

En este sentido, y según ambas entidades, “el cambio relativo de precios acentuó la compra de la carne avícola y porcina frente a la carne de vaca en la mesa de los argentinos; tendencia de sustitución que se viene observando hace varios años producto de los cambios en los hábitos de consumo”. Sin embargo, el relevamiento destaca a su vez que los incrementos de precios de los tres tipos de carne se ubicaron por encima de la suba del índice general de precios; esto, en un contexto donde el consumo de carnes representa casi una décima parte del gasto de los hogares argentinos y, particularmente la carne vacuna, el 5 por ciento del mismo.

Ecolatina y Key Market resaltaron también que Argentina es el mayor consumidor per cápita de carne de bovina en el mundo, con 55,8 kilogramos por habitante en 2016 -un 56 por ciento más que lo que consumen los países de mayores ingresos-. Del mismo modo, el país se posiciona además, con un consumo de 112,2 kilogramos por habitante, como el mayor consumidor de carne bovina, avícola y porcina, teniendo por delante sólo a los Estados Unidos.

Según ambas organizaciones, “el cambio de la política macroeconómica y agroindustrial generó mejoras condiciones para el sector cárnico, pero con la estabilidad del dólar hasta junio y el aumento de precios internos, la competitividad del sector se vio amenazada. En este sentido, la escalada de la cotización de la divisa estadounidense tras la salida del cepo y la eliminación de las retenciones a las exportaciones de carne (15% para la vacuna y 5% para la aviar y porcina) otorgaron mayor competitividad al sector exportador”.

“Sin embargo, en 2017 existen algunos factores que atenúan la situación. La disminución del precio del maíz, la reciente suba del dólar y el incremento por un año de los reintegros a la exportación de carne (1,8 puntos porcentuales para la carne vacuna y 1 punto para la aviar), auguran una mejor performance para el sector exportador en la segunda parte del año”, adelantaron las entidades a cargo del informe en un comunicado.

Incluso más allá de este análisis, las expectativas son positivas. “En el plano interno, la mejora del poder adquisitivo y la disminución del desempleo a partir de la reactivación de la economía, traccionaría la demanda interna impactando positivamente en la oferta del mismo. Por otra parte, la actividad primaria se vería beneficiada por una cosecha récord de maíz, lo que presiona a la baja el precio del mismo y, en consecuencia, genera mayor rentabilidad en el sector de las carnes”, explican especialistas de Ecolatina y Key Market.

En materia de comercio exterior, la crisis política-económica por la que atraviesa Brasil resulta una amenaza particularmente para la producción local de carne porcina, ya que según las entidades a cargo del estudio en cuestión, la sobreoferta generada en el mercado brasilero podría volcarse al mercado interno. “En este sentido, las importaciones de carne de cerdo crecieron 102 por ciento en los primeros 6 meses del año, y provienen casi en un 90 por ciento del vecino país”, detallaron, mientras a la hora de hablar sobre el nivel de exportaciones, el augurio fue mejor. Esto es así ya que según el informe, estas últimas “mostrarían una mejor performance en las carnes vacunas y avícolas producto de la apertura de nuevos mercados y mayores niveles de competitividad provenientes del reciente incremento de los reintegros a las exportaciones”.