Nuevos envases flexibles alargan la vida de los alimentos.

Por Mariano Soto Urquiza. CONEM.

Nuevos envases
flexibles que alargan la vida de los alimentos.
Existen prototipos de envases que
prolongan, e incluso llegan a doblar, la vida útil de salsas, purés,
mermeladas, conservas y otros alimentos. Están fabricados con copoliamidas
avanzadas, un tipo de plástico polimérico.

Es una nueva tendencia
el desarrollo
de nuevos envases flexibles capaces de alargar la vida útil de los alimentos,
sensibles a la oxidación por el paso del tiempo, como pueden ser: salsas,
purés, mermeladas, compotas, alimentos infantiles, jugos, concentrados, bebidas
alcohólicas, platos preparados y conservas.

En Europa hay desarrollados
prototipos de envase con una innovadora combinación de polímeros (copoliamidas
avanzadas), capaces de mejorar el comportamiento a la esterilización o
tratamientos de térmicos a altas temperaturas.

Los
prototipos de envases flexibles son capaces de alargar la vida útil de los
alimentos sensibles a la oxidación por el paso del tiempo

Como resultado, se ha
logrado prolongar la vida útil de alimentos envasados, llegando a duplicarla en
algunos casos. Por ejemplo, un puré de verduras, que en los envases flexibles
actuales tiene una vida útil de 150 días aproximadamente; en un envase
desarrollado con estos innovadores materiales, puede mantenerse en condiciones
óptimas para su consumo más de 300 días.

Además, gracias a este
tipo de polímeros con mejores propiedades mecánicas que los convencionales
(resistencia a la punción, tracción, flexibilidad…) se ha logrado un formato
de envase flexible alternativo a los envases rígidos convencionales, que
permite una mejor ergonomía y facilidad de uso, sin incrementar su impacto
ambiental.

Esta solución
tecnológica responde a los requerimientos de envasado de los principales
sectores de productos de alimentación y a las necesidades de los consumidores
actuales, que demandan envases que se adapten a su estilo de vida pero que
también valoran aspectos como el respeto al medioambiente a la hora de realizar
su compra. En concreto, puede ser de gran utilidad para el envasado y
conservación de productos alimenticios como las salas que necesiten
esterilización térmica, como las utilizadas en restaurantes, hoteles,
hospitales y colegios.

También se pueden
aplicar en alimentos viscosos, triturados o semisólidos como mermeladas,
compotas y especialmente los destinados a la infancia y la tercera edad (purés,
papillas, etc), jugos y concentrados de futas y verduras, conservas y
semiconservas como verduras y embutidos.