Hay espacio para crecer y aumentar la productividad

Por Javier Rodríguez Petersen

Radiografía del sector

Las empresas de servicios logísticos van ganando participación y, al encontrarse entre las áreas muy sensibles a los vaivenes macroeconómicos (por ofrecer la tercerización de servicios que en momentos de crisis varias firmas suelen reabsorber), disfrutan ahora del crecimiento que viene registrando la actividad económica en los últimos años.
Así lo señala un informe de la consultora Key Market que junto a datos macro del sector presenta un análisis cualitativo sobre las características, oportunidades, amenazas y perspectivas del negocio.
Los servicios logísticos comprenden el gerenciamiento, operación, administración y control de productos desde las compañías fabricantes hasta los clientes y consumidores, y sus funciones principales son el transporte, almacenamiento y distribución de estos bienes de cambio con recursos propios o de terceros.
El informe señala que la concepción estratégica de la logística implica una administración de stocks que reduzca el tiempo que tarda en llegar la mercadería desde el productor hasta el cliente, alianzas estratégicas entre las empresas y sus proveedores y el uso de sistemas que permitan mejorar la sincronización de la cadena y la reducción del nivel de activos inmovilizados a través de la información compartida.

Ciclos

En Argentina, la tercerización de servicios logísticos registró un impulso importante en la década pasada. La desregulación de la economía provocó una fuerte presión competitiva en las empresas y la baja inflación provocó altas tasas de interés positivas dejando al descubierto problemas de ineficiencia de procesos industriales.
En el sector impactó el ingreso al país de empresas internacionales de logística, pero también los cambios que registró el área de consumo masivo -especialmente en los supermercados- y una serie de factores que afectaron particularmente al almacenamiento, el transporte y la distribución, como la concesión de rutas a empresas privadas, la desregulación y privatización de puertos y la evolución tecnológica en los servicios de infraestructura de comunicaciones e informática
Paralelamente, el cambio del escenario económico llevó a las empresas a buscar un mejor nivel de rentabilidad como objetivo principal y, junto con ello, un aumento de la productividad a través de incrementos de volumen o reducción de costos, una focalización en sus respectivos core business, el gerenciamiento de activos y una nueva relación de servicio con el cliente.
En ese marco aumentó la tendencia a que las actividades logísticas fueran tercerizadas y el país registró un fuerte crecimiento en depósitos, equipamiento, vehículos y sistemas, superior al de otros países de la región. La facturación del sector creció hasta alcanzar en 1998 $ 1.000 millones, pero desde allí y como consecuencia de la recesión -que provocó capacidades ociosas en empresas que se vieron obligadas a reabsorber algunos servicios que habían tercerizado- se estancó en torno a $ 950 millones.
La recuperación económica hizo que las compañías volvieran a tercerizar servicios para, nuevamente, concentrarse en su ,core business y dedicar a ello los recursos propios. A partir de 2002 la facturación total de las empresas de servicios logísticos volvió a crecer a un ritmo anual promedio cercano a 20%, para alcanzar el año pasado $ 1.700 millones y este año un estimado de $ 1.900 millones.

Espacio

En 2004, el área de logística movió en total $ 89.000 millones, equivalente a 20% del Producto Bruto Interno, de los cuales 80% ($ 72.000 millones) se los llevó el comercio minorista y mayorista y 20% ($ 17.000 millones) los servicios de almacenamiento, transporte y distribución. Con los $ 1.700 millones que facturaron el año pasado, los operadores integrales de logística captaron 10% de esos servicios, lo que muestra un amplio potencial de crecimiento para el sector.
Paralelamente, el análisis de Key Market señala una serie de oportunidades para los operadores integrales.
Por el lado de la demanda, se destaca la necesidad de las empresas de mejorar su posición frente a sus competidores y una tendencia a priorizar la rentabilidad sobre el volumen, para lo cual tienen mayor necesidad de concentrarse en sus negocios específicos. Al mismo tiempo, al crecer sus actividades necesitan liberar superficies propias.
Entre las empresas que constituyen la oferta se presentan posibilidades de integración con compañías de transporte que necesitan renovar sus flotas, frente a las cuales se encuentran en una mejor posición fiscal. Junto con el espacio que deja el bajo nivel de tercerización en el mercado argentino, también hay perspectivas de alianzas con empresas de mercados no tradicionales y en sectores no atendidos, como el gubernamental.
Entre las amenazas identificadas, la única de probabilidad medio-alta es la de que empresas de transporte y distribución se transformen en operadores integrales y se sumen al universo de oferentes de logística. También existe una probabilidad media de que se creen nuevas firmas de logística corporativa con el objetivo de conseguir una integración hacia atrás, como en el caso de Logística La Serenísima, y probabilidades medio-bajas de que se retraiga la demanda por una evolución errática de la economía o exista incertidumbre para la inversión y dificultades de financiamiento que impidan aumentar la capacidad instalada, con lo que podría darse un proceso de des-tercerización. Por último, se considera como de probabilidad baja el posible ingreso de nuevos operadores internacionales.

Tendencias

En el marco del análisis, el informe de Key Market identifica como tendencias a mediano plazo un alza sostenida de la demanda de servicios integrales de logística impulsada por el crecimiento de la economía y una recuperación de la tendencia -iniciada en los años 90- de que las empresas se concentren en sus negocios principales y el consiguiente incremento en la tercerización de servicios. En este aspecto se advierte un mayor crecimiento de la «externalización» integral de logística que ofrece la posibilidad de integrar procesos y mejorar la eficiencia y productividad de las empresas.
Históricamente la mayor tendencia a la tercerización corresponde al servicio de transporte y distribución, pero, al ofrecer servicios integrales, ha crecido lentamente la participación del almacenamiento dentro del negocio y sobre todo, de los servicios adicionales de mayor valor agregado.
Actualmente, el área de distribución y transporte representa 66% del total de los servicios logísticos, mientras que el área de almacenamiento suma 21% del total y tiende a crecer, particularmente en la tercerización de inventarios finales. Los otros servicios, de mayor valor agregado como la preparación de pedidos, son hoy 13% del total y registran también un ritmo creciente. En general, se destaca la tendencia hacia la tercerización multimodal.
Las expectativas son que el sector mantenga un crecimiento superior al del promedio de la economía gracias al espacio que tiene para crecer adoptando las actividades logísticas realizadas por las empresas, la posibilidad de desarrollar mercados no atendidos y una posición fiscal y financiera que posibilita el crecimiento de la capacidad instalada y el incremento de servicios de mayor valor agregado.
92% de la producción de quesos se destina al mercado interno.

La evolución del consumo per capita viene descendiendo desde el año 2000 a una tasa anual de 11%. Sin embargo, durante el 2004 se produjo un repunte de los niveles de consumo en 10% (con relación a los valores del año anterior).

Las exportaciones de quesos en toneladas representaron 9% de la producción del 2004, incrementando 2,5 puntos con relación al porcentaje del año anterior.

El consumo interno

Mientras la producción en toneladas comienza su descenso a partir del año 2000, se evidencia un incremento del consumo en pesos como consecuencia del nuevo esquema económico provocando un alza en los precios de la materia prima y, en mayor proporción, de todos los quesos.
Para el 2004, el consumo mostró signos de recuperación interna con ascensos tanto en volumen (11%) como en valores (12%).
Los quesos blandos siguen ocupando el primer lugar en el ranking de elaboración. Durante la década 1993-2004 representó 55% del total, seguido por los de pasta semidura con un promedio de 30%.
Los quesos de pasta dura y fundido ocupan el tercer y cuarto lugar, con una participación promedio, para la década en estudio, de 13% y 2% del total de los quesos, respectivamente.

Exportaciones

Dada la baja participación del comercio exterior en el sector, las ventas al mercado interno no presentan grandes variaciones respecto del volumen producido. La producción de quesos se destina fundamentalmente al mercado interno.
Hasta el 2003 las exportaciones no habían logrado superar la barrera de las 26.000 toneladas anuales, y ese tope se convierte en un problema para la articulación internacional del sector. Por el contrario, los productos conocidos como «ingredientes» (suero en polvo, proteínas derivadas de suero, lactosa, etc.) sí han mostrado en los últimos años un comportamiento más dinámico.
En la década 1993-2001, las exportaciones promediaron 4% de la producción nacional. En ese lapso los volúmenes vendidos al exterior presentaron altibajos fuertemente condicionados por la disponibilidad de “saldos” excedentes del consumo interno que se correlacionaron con la marcha de la economía doméstica.
Sin embargo, a partir del 2002 los volúmenes comercializados comenzaron a incrementarse, pasando de 6,5% a 9,2% para el 2004 en relación con la producción total de quesos. Si bien la participación es marginal, esta tendencia positiva es alentadora para este sector en particular.
La relación exportación/producción nacional mostró una tendencia alcista a lo largo de la última década, pasando de un mínimo de 1,5% en 1993 a un máximo cercano a 7% en el 2003, en un marco signado por el retroceso de la demanda interna.
Dentro del mix de quesos exportados se destacan los de pasta semidura y dura, que representan 86% del total de exportaciones del sector. En el 2002, las ventas externas alcanzaron un volumen de aproximadamente 26.000 toneladas, lo que significó un ascenso de 47% en relación con al año anterior. Estas operaciones representaron para el país un ingreso de US$ 54 millones FOB, un alza de apenas 9,5% en comparación con el monto transado en 2001. La explicación de esta abultada brecha entre los aumentos en volumen y en valor se halla en que el precio implícito promedio obtenido en 2002 fue del orden de los 2.100 US$/ton., lo que significó un deterioro de 25% respecto del promedio de 2001. Buena parte de esta disminución está en línea con la crisis internacional de precios.
En el 2003 se produce una baja de los volúmenes exportados de 10%, representando un ingreso de US$ 53,4 millones FOB. Es decir, una baja de 1% con relación al monto del año anterior aunque se produjo una recuperación del precio por tonelada de 10% ( US$ 2.307 por tonelada).

Variedades y países compradores

El amplio espectro de variedades exportadas (35-40 tipos diferentes de quesos) se puede desagregar del siguiente modo: 13 tipos distintos de quesos semiduros (liderados por el queso danbo), alrededor de 12 clases de quesos blandos (con la mozzarella como el más representativo) y 9 variedades de pasta dura (lideradas por el parmesano). Estas 3 más importantes -danbo, parmesano y mozzarella- suman 58% del volumen y 54% del monto total obtenido.
En 2003 la Argentina exportó quesos a 33 países, de los cuales EE.UU., México y Brasil, concentraron 82% del volumen y 84% del valor total.
Las exportaciones de quesos en el 2004 se ubicaron en 34.800 toneladas por un valor de US$ 87,4 millones, con un crecimiento de 50,3% en volumen y de 63% en valor con respecto a igual periodo del año anterior. Esto también significó un incremento del precio promedio de 8,7%, pasando de 2,31 en el 2003 a 2,51 US$/kg en el último año.
Los principales destinos para estos productos fueron: México y Estados Unidos. También se registran envíos hacia: Chile; Rusia; Croacia y Brasil, entre otros.
En cuanto a las importaciones de quesos, en el 2004 se ubicaron en las 1638 toneladas por un valor de US$ 3,9 millones. Entre los principales países de origen de estos productos se encuentran: Brasil con 72%, Uruguay 21%, Francia 2%, entre los más relevantes.
Durante el 2003 Argentina importó quesos sólo desde 9 países. Brasil, Uruguay, Francia y EE.UU. concentraron 94% del volumen y 98,2% del valor total.
Las compras de quesos fundidos a Brasil se transformaron en el flujo importador casi excluyente durante 2002 y 2003, ya que acapararon cerca de 54% de las 1500 toneladas importadas en el último año. Los otros movimientos de magnitud fueron las adquisiciones de quesos semiduros a Uruguay (28% del volumen total) y los embarques de quesos blandos provenientes de Francia (4,6%).